
Son las pruebas que permiten diagnosticar la presencia del coronavirus, así como conocer el estado de los anticuerpos en el organismo. Son la mejor estrategia para controlar la curva de infección y avanzar en esta crisis sanitaria mundial. ¿Cuáles son los tipos de pruebas que se utilizan?
Además de ser altamente contagioso, el virus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19, tiene una proporción significativa de portadores asintomáticos que pueden transmitirlo, lo que dificulta su identificación y control. Los métodos y pruebas de diagnóstico son de fundamental importancia para guiar las decisiones de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cree que las pruebas son fundamentales para la lucha contra el coronavirus y asegura que, junto con el aislamiento y el rastreo de contactos, forman la columna vertebral que puede romper las cadenas de transmisión.
Las pruebas se realizan en personas con síntomas (fiebre de 37,5 grados o más, tos, dolor de garganta, dificultad para respirar, falta de olfato o gusto), en el caso de Argentina según la definición de caso sospechoso, actualizada periódicamente desde el Ministerio de Salud.
En medio de la avalancha de información sobre el virus, existe cierta confusión sobre la aplicación de los test y el público en general no distingue entre ellas o incluso están en contra.
Básicamente, existen pruebas para determinar la presencia del virus y otras para detectar la respuesta inmune en la población, tanto con síntomas como asintomática.
En medio de la pandemia, los países utilizan dos tipos principales de pruebas: las que detectan si el paciente tiene el virus en ese momento (no si la persona estuvo previamente en contacto con el virus), cuyo examen puede tardar hasta ocho horas con equipo especial.
Dan resultados más precisos sobre quién tiene el virus actualmente, pero demoran más.
Los tests rápidos de covid, aplicables también desde un kit test de covid llamados así porque dan resultados en 10 o 15 minutos, no detectan el virus en sí sino la respuesta inmune al mismo, es decir, la producción de anticuerpos, lo que significa que la persona ha estado previamente en contacto con el virus.
Es decir, analizan si alguien tuvo el virus, no precisamente en la actualidad.
El test de PCR molecular
Se llama PCR por la abreviatura «Reacción en Cadena de la Polimerasa», y es una tecnología biológica molecular que detecta el genoma del virus.
Permite la replicación rápida del ADN (ácido desoxirribonucleico) y se ha utilizado durante varios años en diversas crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas y también para determinar marcadores genéticos de enfermedades infecciosas, cáncer y trastornos genéticos.
Con esta prueba, pequeñas cantidades de material genético se pueden amplificar millones de veces en unas pocas horas, lo que permite detectar marcadores genéticos de la infección. Por su alta seguridad, es el método recomendado por la OMS para diagnosticar la infección por COVID-19.
Debido a que el coronavirus no tiene ADN en su interior sino ARN (ácido ribonucleico), otro tipo de material genético, la prueba utiliza una enzima llamada «polimerasa transcriptasa inversa», que puede convertir el ARN en ADN.
Este paso adicional se llama «RT» por retrotranscipción, por lo que el método de diagnóstico se llama RT-PCR.

Para realizar esta prueba, el Instituto Malbrán -que hasta fines de marzo era el único laboratorio en Argentina para diagnosticar el coronavirus, al que gradualmente se fueron sumando laboratorios en todas las provincias- recomendó tomar tres tipos de muestras: esputo, que es una secreción de la nariz, garganta o tráquea; la segunda muestra consiste en un lavado broncoalveolar o aspirado traqueal (si es posible); y finalmente un palillo nasal o frío.
La muestra resultante se mezcla en un tubo de ensayo con reactivo fluorescente que, si existe el virus, se adhiere a él.
Si la muestra excede un límite de fluorescencia, la prueba es positiva, muestra la presencia de ARN viral y confirma la presencia del virus: el paciente tiene COVID-19.
El sistema de PCR en tiempo real permite cuantificar la muestra, es decir saber cuántas copias del virus hay por mililitro.
Test de antígeno
Las pruebas antigénicas, también llamadas «inmunoensayos», confirman la presencia del virus al detectar sus proteínas. Se toman muestras de aliento de exudado nasofaríngeo y sobre un soporte se fijan anticuerpos específicos que reaccionarán con las proteínas de la superficie de la envoltura del SARS-CoV-2, que sobresale hacia afuera y forma las espículas que le dan el nombre de coronavirus.
Si hay partículas virales en la muestra, se unirán al anticuerpo. Es como si el virus hubiera sido detectado por el anticuerpo. Si la reacción es positiva, muestra que hay proteínas virales y que la persona está infectada.
Este tipo de prueba se basa en la detección de moléculas y es muy común en el diagnóstico clínico, en pruebas tradicionales como la detección de drogas o las pruebas de embarazo.
La ventaja: son mucho más rápidos (entre 10 y 15 minutos) y dependiendo del tipo de soporte se pueden hacer en pocos minutos, son más económicos porque no requieren de equipos específicos ni personal técnico altamente calificado. La desventaja: son menos específicos y sensibles que la RT-PCR.
Pruebas serológicas
Al igual que los antígenos, también se denominan «inmunoensayos». En general, se asemejan a muestras de sangre y a través de una gota de sangre detectan la respuesta inmune al virus, es decir, la producción de anticuerpos, lo que significa que la persona estuvo previamente en contacto con el virus.
Se supone que son pruebas indirectas, ya que no detectan el virus directamente, pero utilizan reactivos para identificar los anticuerpos IgM (inmunoglobulina M) e IgG (inmunoglobulina G) que se adhieren al virus para desactivarlo o eliminarlo en la sangre o plasma si una persona tiene COVID-19.
Si la muestra presenta niveles altos de anticuerpos, es positiva: la persona tiene o ha tenido recientemente la enfermedad. El resultado es rápido: tarda entre 10 y 15 minutos y no requiere equipos de laboratorio complejos, sino que se realiza en puntos de mantenimiento.
Sin embargo, este tipo de prueba es menos precisa: pueden pasar de 5 a 10 días para que los anticuerpos se desarrollen y sean detectables en la sangre, por lo que una persona puede tener el virus y no puede ser identificada por esta prueba.
Los tests rápidos para la investigación epidemiológica
Cuando los tests rápidos de covid se realicen en un gran número de personas, pueden convertirse en una herramienta que ayudará a mantener una dimensión real en la propagación del virus.
Permite rastrear mejor las cadenas de transmisión de enfermedades; reconoce a los pacientes asintomáticos o que hayan tenido el virus en algún momento y no lo hayan notado, e identifica la transmisión del virus por área geográfica y grupo de edad.
En resumen, el conjunto completo de pruebas que se están desarrollando y utilizando en el mundo de hoy son estratégicamente importantes para rodear la enfermedad.
Es importante señalar que una prueba no puede reemplazar a la otra y que todas son necesarias para combatir rápidamente la pandemia de COVID-19.