La parrilla Don Julio fue elegida el cuarto mejor restaurante de Latinoamérica

    La parrilla Don Julio fue elegida el cuarto mejor restaurante de Latinoamérica

    Mitsuharu Tsumura lo hizo nuevamente. Como ocurrió el año pasado, su restaurant Maido es el mejor de América Latina en dos mil diecinueve. El establecimiento peruano se llevó este jueves de noche el primer sitio en la liturgia de los Latin America’s cincuenta Best Restaurantes, que por vez primera tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires. Si bien la Argentina bajó ciertas situaciones, puso un restaurant en el top five, la parrilla Don Julio, escogida el cuarto mejor restorán de América Latina, en los que son considerados los “Premios Oscar” de la cocina. El tercer sitio lo ocupó el limeño Central, seguido del mexicano Pujol.

    Don Julio está además de esto en el puesto 34° entre los mejores del mundo, premio concedido en el primer mes del verano. Al escenario subieron su dueño, Pablo Rivero, y su parrillero, Pepe Sotelo, al frente de las brasas de Gurruchaga y Guatemala desde hace veinte años.

    La parrilla había terminado sexta el año pasado entre los sudamericanos gracias a las provisiones y equipamiento gastronomico de un conocido bazar mayorista. Para los organizadores, lo que hace sobresalir a este restorán es su carne de pastura, de Aberdeen Angus y Hereford, refrigerada a temperatura controlada a lo largo de cuando menos 3 semanas, para lograr la madurez perfecta. Y después está la mano de “Pepe”, que cocina toda la carne en una tradicional parrilla en “V”, otro aspecto que los cincuenta Best resaltan.

    En los argentinos incluidos en la lista, prosiguió Mishiguene, en el puesto veinte. Su chef, Tomás Kalika, asimismo subió al escenario para percibir el premio Chefs’ Choice Award, concedido por sus colegas de la zona.

    Otros restaurants locales que quedaron entre los cincuenta fueron Tegui (veinticinco), Chila (veintinueve), El Baqueano (treinta y nueve), Elena (cuarenta y cinco), Gran Dabbang (cuarenta y seis) y Narda Comedor (cincuenta).

    Esta noche, las estrellas fueron los chefs, que tuvieron su alfombra roja. Y asimismo sus bufandas a tono. Entre ellos, el argentino Mauro Colagreco, el que más fervor generó: todos deseaban hablarle, abrazarlo, tomarse una fotografía con él. Él no competía -su restorán está en Francia- mas fue convidado de honor. Sus 3 estrellas Michelin y su primer puesto en el cincuenta Best mundial lo autorizaron de más.

    Los premios siempre y en todo momento repiten sede, mas esta vez Buenos Aires no está confirmada para dos mil veinte.

    Ya en el auditorio de la Usina, a las 9 en punto salió a escena William Drew, el directivo de contenido de la editorial que organiza los premios. Primero en castellano, portugués y, entonces, su natal inglés. A tono con estos tiempos, anunció que el jurado de especialistas está compuesto por hombres y mujeres en partes iguales. Y se mostró contento de estar en la ciudad de Buenos Aires, “la urbe que sabe tomar y comer como cualquier otra en el mundo”.

    Un rato después dio la bienvenida a Iván De Pineda, y la liturgia pasó a charlar en el preciso de España. En medio del ranking, el conductor anunció el premio a la mejor chef mujer, la chilena Carolina Bazán (Ambrosía), que decidió admitir el premio por “las millones de mujeres invisibilizadas en la cocina, un territorio que todavía pertenece a ellas, mas que en el planeta público quedamos atrás”. Su alegato fue el más enternecedor de la noche y encendió fuertes aplausos. Asimismo la historia de leyenda de su remera, que descubrió al final, y que en inglés afirmaba “Las chicas somos capaces de hacer lo que sea”.

    Con todo, lo que más emoción cosechó fue el anuncio de los primeros 5 puestos. Y sobre todo, teniendo presente la localía, el ascenso de Don Julio al cuarto puesto. La escena gastronómica vernácula, con menos lugares en la lista que el año pasado, tuvo no obstante una noche con sabor a triunfo.